Hoy me he dado cuenta de que hace dias que no me afeito, eso en mí es raro. Soy de los que les encanta tener las piernas, las axilas y el pecho sin pelo. Incluso el bello facial me molesta... Aun así, no tengo maldita gana de pararme frente al espejo y quitármelo todo.
Es raro ¿verdad? Cómo, cuando estamos tristes, nos despreocupamos de nuestro aspecto y ya no tratamos de parecerles guapos al mundo. Me resulta curioso pensar que, ahora que ella o volverás nunca, aun sintiéndome tan mal, no quiero tener a otra. ¿Será el miedo a que me vuelva a pasar? No lo sé, pero es algo que me intriga.
Quisiera tener el valor de depilarme como hacía antes, ir a cortarme el pelo, vestirme bien, volver a engominarme la cresta, echarme el perfume que siempre me ponía para atraerla, salir a la calle con la cabeza bien alta y hacer lo que debo (ir a clase o al trabajo). Pero no, hoy no tengo fuerzas... quizás mañana... o pasado...
miércoles, 10 de febrero de 2010
Triste estás más guapo
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