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miércoles, 31 de marzo de 2010

Cuando mi vida tomaba rumbo...

Todo parecía ir bien. Era un día normal, con mi madrugón matinal y su correspondiente corre-corre para coger la guagua e ir a rehabilitación. La rutina se desarrollaba con la normalidad que la caracteriza. Hoy me tocaba ir a la cita con la traumátologa (que ya había comentado en otras entradas) para ver si me quitaban la férula de escayola o me mandaban más tiempo. 

Mientras estaba en la sala de espera pasó lo que menos me podía esperar. Una simple llamada de teléfono. Cuando noté la vibración del móvil pensaba que sería por trabajo, hubiera sido lo normal por la hora que era. Rebusqué en el bolsillo con la única mano que puedo usar al cien por cien y miré la pantalla. Un número fijo de las afueras, de mi zona. No sabía quién era y respondí. Dichoso el momento en el que descolgué el teléfono...

- ¿Si? Buenos días - dije.
- Hola... - sonó en tono tímido.
- ¿Si? Buenos días, ¿Quién es?
- Hola Aitor. Mira, ¿Estás en tu casa?
(Reconocí su voz)
- No. Estoy, en la sala de espera del hospital. - no dije qué hospital, no venía a cuento.
- ¿Qué estás? ¿Ingresado?
- No, no. Es para ver si me quitan el yeso o me mandan más tiempo.
- ¡Ah! Vale. Era para que me dieses los papeles. - (nóminas y alguna cosa más)
- No sé dónde están. 
- ¿Esta tarde estarás en tu casa?
- No - ya había quedado con un amigo para ir a ver el parido de baloncesto así que tenía planes.
- ¿Y mañana?
- No lo sé. Trabajo.
- Pues mañana me paso para recogerlos ¿vale? Bueno, "ciao".
(Y colgó)

Treinta y ocho segundos de conversación bastaron para que el dolor de estómago que tanto odio apareciera de nuevo. Me entró un nerviosismo extraño. Esos espasmos no me habían pasado nunca. No pude parar quieto en la sala de espera. Las tres horas que pasé entre radiografías y consultas se me hicieron eternas.

Llegué a mi casa y me puse a trabajar. Justo veinte minutos antes de que saliera hacia la parada de guaguas sonó el timbre. Cuando abrí la puerta la vi. Allí estaba con su uniforme del trabajo, delante de mí. No recuerdo cómo estaba peinada, ni recuerdo su cara... He conseguido que esas imágenes pasen directamente de mi retina a la papelera de reciclaje de mi cerebro. Llevaba una bolsa en la mano. Me pidió los documentos. No había tenido tiempo de buscarlos por lo que no sabía dónde estaban. Con tono prepotente me exigió que los tuviera preparados para mañana y me entregó la bolsa yéndose hacía un Golf GTI que había aparcado justo enfrente.

En ese instante tenía un peso comprimido en el pecho, un peso que me hacía preguntarme por qué había venido con su novio y, sobre todo, por qué había aparcado su coche delante de mi casa. Ya no me tiene consideración. Me pareció una total falta de respeto. Y no es la primera vez que lo hace... con su expareja ya hizo lo mismo hace un año y medio.

Entré a mi casa con premura porque la guagua estaba a punto de pasar. Abrí la bolsa y... me derrumbé. Una foto tamaño DIN-A4 en blanco y negro de nosotros felices (no recuerdo habérsela dado). Un libro que le había prestado en el instituto para Lengua, y que contenía todas las fotos que ella poseía de mí, y un poema. Quizás lo publique algún día. Lo más que me dolió es que me devolviese a Bleu. Es un peluche del monstruo de las galletas que le regalé hace ya cuatro años. Significa muchísimo para mí, expresaba todo mi amor por ella... también incluía un par de CDs que no sé por qué tenía y una muestra de perfume al fondo de la bolsa. El perfume que la caracteriza. La fragancia que cada vez que huelo me transporta a todos los buenos momentos que pasé con ella.

Quizás lo hizo queriendo... quizás no sabía que eso estaba ahí... ¿Quién sabe? Yo me limito a plantearme las posibles variantes de esta historia que me ha afectado tanto.

No pude pensar mucho ya que salí corriendo y cogí la guagua de milagro. Ya en el CID pude desahogarme un poco con mi amigo y sacar algunas lágrimas que aun estaban guardadas.Pude disfrutar del partido y volver a mi casa fastidiado por la derrota del equipo.

Me siento aliviado. Necesitaba escribir lo que me había pasado hoy. Saquen sus propias conclusiones y compártanlas conmigo. Me gustaría saber qué opinan sobre esto.

No sé si debería darle los papeles... no sé si quiera si debo buscarlos. ¿Se merece que la ayude con esto después de todo lo que me ha hecho?

P.D.- Ojalá esta noche no viaje de nuevo al colegio del áula 99. Me tiembla la mano desde esta mañana... no sé por qué...

Cuando mejor estaba...

Hoy día 31 de marzo es uno de esos dias en los que no puedo casi ni escribir... por la noche lo contaré todo pero ahora mismo sólo tengo lágrimas en mi cara.

¿Por qué me pasa esto ahora?

domingo, 28 de marzo de 2010

Hoy, no te ví; mañana, no sé; pasado...

Llevaba ya varios días queriendo escribir sobre un tema en especial, pero cuando llegaba a la pantalla de edición de texto del blog, se me quitaban las ganas. He estado bastante tiempo liado con el trabajo. Un trabajo estresante y demasiado agobiante para mi gusto. Y a todo esto también hay que añadir que el sueldo no compensa. Pero no es de eso de lo que quería escribir hoy.

Durante la rehabilitación, mirando la Avenida Marítima y la playa de Las Alcaravaneras me he dado cuenta de que por muchos lazos tengamos con una persona, si iniciamos una relación con ella, luego vemos que en realidad nuestras vidas pueden estar completamente separadas y sin ningún tipo de conexión. Puedes conocer a alguien porque frecuenta los mismos sitios varias veces a la semana, siempre coge la misma linea de guagua, vive en el mismo barrio que tú, etc. Si llega a ser tu pareja la verás más a menudo en los sitios que ya antes frecuentaban ambos. Si esa relación dura años, pues más aun. Cuando acaba, no sólo puedes dejar de verla por completo sino que te das cuenta de que las vidas que creías tan unidas pueden, en realidad, estar demasiado separadas.

Es una reflexión que me abruma...

Hay veces que me siento solo. Esta mañana no he podido sentirme peor. He estado paseando durante más de una hora sin rumbo fijo y mirando al suelo y a la gente que circulaba por la calle. Pensaba cuán feliz sería yo con una pizca de lo que tenían ellos. Ya fuera esa pareja que iban de la mano contándose cosas o ese señor que tan ocupado no tenía tiempo de pensar en nada. A los dos ejemplos les faltaba lo que a mí me sobra: despecho, desamor, desesperación...

Ya no me salen más lágrimas. Sólo me queda el dolor incesante de estómago con la tristeza que inunda mi corazón. Dentro de poco se acabará. Espero que unas semanas basten para que se me pase el dolor.

Recuerdo una frase bastante acertada para la ocasión: "Llora, pues las lágrimas purifican el alma de tristeza y dolor. Pero cuando no queden más lágrimas, entonces comenzarás a vivir de nuevo". 

Esperemos que así sea.

miércoles, 24 de marzo de 2010

Se me quitan las ganas...

No siento ganas de escribir. Esta noche no tengo el ánimo ni las fuerzas suficientes para relatar los pensamientos que ya no recuerdo. Sé que tenía el tema escogido. Ya sabía incluso el encabezado que iba a usar, un párrafo entero del que no me acuerdo...

Y es que hace media hora he sentido ese pinchazo en el estómago que no sentía desde hacía ya algún tiempo. Se me ha venido a la mente una situación que pasé con mi expareja en la que fui muy feliz. No comprendo por qué aun me sigue estorbando tanto físicamente. Si el dolor sólo fuera mental, ya hace tiempo que lo habría vencido. No entiendo por qué me duele la barriga y el corazón cuando la tengo presente. Odio esa sensación.

La verdad que no soporto un dia más con la férula. ¡Estoy harto! Tardo más tiempo en la ducha, comiendo, en el gimnasio, en clase... es un coñazo demasiado grande. Y lo peor de todo es que molesta al dedo. El algodón que ponen para proteger la piel me fastidia porque se me pega al dedo y parece como si tuviera un trozo de piel encima de otro, superpuestos. Habrá que esperar a la próxima cita con la tramatóloga a ver qué me dice.

Por ahora me va gustando eso de la rehabilitación. Una sesión de electrodos, una de masaje y pa' casa. Me encanta. Mi quiromasajista es simpática y me gusta las conversaciones que mantengo con ella y con la fisioterapeuta. Las mañanas se han vuelto entretenidas.

Menos mal que no sentía ganas de escribir ¿verdad? Lo único que me descontenta de la entrada de hoy es que no hablé del tema que quería tratar. Si me acuerdo lo apuntaré sobre la marcha para exponerlo mañana.

Una reflexión para cerrar el post:

La cima del amor en la juventud => Es lo que se dice cuando hablas de alguien que dio por imposible su amor por alguien por razones que sólo los jóvenes entenderían... [Hale Nochi Guu - Guu]*

*Serie de animación japonesa.

martes, 23 de marzo de 2010

Pensar es recordar

Me gustaría poder iniciar la entrada con alguna buena noticia. Ese tipo de post que explica que ha pasado algo en el día que me ha cambiado, o ha cambiado mi vida. Por desgracia no es así. La noche que me siente frente al ordenador para escribir ese tipo de post, será el más largo de la historia de este blog. Seguro que no pararía de teclear debido a la felicidad experimentada.

Hace unos minutos, cuando me disponía a acostarme, me asaltó una reflexión. No soy feliz, es decir, no me siento contento, alegre, tranquilo, en paz... Pero tampoco estoy depresivo, porque puedo continuar mi día a día. Hay personas que no pueden hacer lo que deben durante el día. Están tan encerrados en su tristeza que no son capaces de moverse, de tener la predisposición para seguir adelante con su vida. Yo, al menos, puedo levantarme cada mañana. Me cuesta un barbaridad pero si no lo hago sé que me sentiré peor. Intento pensar lo mínimo posible, concentrarme en lo que debo hacer a cada momento, no dejar que mi corazón tome el mando de mis sentimientos. Aunque cuando llegan las doce de la noche siempre bajo la guardia y me asalta la cabeza.

La táctica que uso para poder vivir de sol a sol es bien sencilla. A veces es dura de llevar, pero es simple. No hay que pensar. No se debe dar al corazón la posibilidad de que nos recuerde una situación, olor, imagen, etc. Hay que tratar de vivir segundo a segundo. Así nos concentramos en lo que debemos hacer a cada momento y no tenemos otra cosa en mente que no sea lo que estamos haciendo en ese preciso instante.

Quizás por hacer las cosas como las hago esté perdiendo neuronas o capacidad mental. No lo sé. Lo que sí sé es que me siento cansado. Parece ser que escribir desde la cama está dando sus frutos. Mañana toca otro día de rutina. Pero no me quejo, al menos no estoy quieto en casa. Ni "aburrido" desperdiciando horas y horas frente al live messenger y el skype. Es algo que hoy por hoy, no concibo.

Mañana no pararé de moverme de un sitio a otro. Esa movilidad sumada a mi radio/mp3 es suficiente arma para no pensar mientras me desplazo. Espero que mi técnica no me funcione sólo a mí.

P.D.-¡Gracias por haberme regalado un portatil!

lunes, 22 de marzo de 2010

Lunes al Sol

Hay noches en las que sientes que has desperdiciado las últimas veinticuatro horas. Hoy ha sido un día bastante suave y aburrido. No ha habido ni pizca de movimiento. 

Por la mañana he ido a ver a la fisioterapeuta que me tratará en rehabilitación por el caso del accidente. Me ha hecho un chequeo y me ha dado hora para comenzar con el tratamiento. Mañana mismo empiezo a ir así que tendré la agenda más ajustada si cabe.

Luego me ha tocado ir al gimnasio, como de costumbre. Al poco más de dos horas salí de allí. Ya eran sobre las dos y poco de la tarde, por lo que tuve que ir corriendo a clase. Y ahora viene la gran cuestión, ¿Para qué? Desde que llegué me pasé las tres horas que dura el módulo sin hacer nada. El profesor estaba haciendo cosas de aquí para allá sin decirnos nada. Resultado, no hicimos nada de nada. Tanta prisa para luego coger un par de sillas y sentarme a coger Sol con Fran. (Debo apuntar que este módulo lo doy en un áula que está en una azotea)

Sentados allí se me ocurrió el título de la entrada de hoy. Hablamos un poco sobre todo, pero hicimos hincapié en el tema de las amistades y sus reacciones cuando tienen pareja. Es decir, cuando un amigo te da la espalda o te deja de hablar porque a su nueva pareja no le caes bien o simplemente no quiere que tenga contacto contigo. Este tipo de situaciones no deberían darse. Las parejas vienen y se van (sobre todo) pero la amistad se fundamenta en el no acercamiento. Me explico. Cuando tienes una amiga (lo pongo en femenino para que el caso se vea más claro) y no necesitas tener una relación con ella para pasar el tiempo juntos, contar confidencias, darse cariño, etc. es cuando tienes una amistad.

Soy de los que piensan que si tu pareja no es amiga tuya, sólo es una persona con la que tienes sexo y compartes una parte de tu vida. Siempre he intentado que mis parejas sean mis amigos, pero no siempre se consigue... Aunque también es cierto que la palabra "amigo" hoy día está demasiado infravalorada. A cualquier colega y/o compañero se le llama "amigo". No comparto ese punto de vista.

He de decir, cambiando de tema, que no he tenido tiempo ni siquiera para trabajar. Tengo demasiado trabajo atrasado. Y ahora con mi nueva agenda no sé dónde ubicar el tiempo de faena.

Mañana tengo rehabilitación a las nueve y gimnasio a las once. Eso sin contar las clases de tres a nueve de la tarde. Quizás lleve el portatil y trabaje un poco en tiempo de estudio. Total, si mañana el profesor está como hoy, podré aprovechar al menos el tiempo y recuperar algo de tiempo de trabajo.

domingo, 21 de marzo de 2010

Buenos recuerdos

Esta noche tenía pensado escribir acerca de lo bien que sienta recordar una relación pasada. Bueno, especificaré para no crear confusiones. Quería hablar de lo bien que sienta recordar una relación pasada que acabó bien. Con el acuerdo mutuo de la pareja, con esa amistad que puede quedar después de todo lo vivido.

Hoy tuve una conversación con cierta persona por el live messenger. Esa chica tuvo una relación conmigo hace mucho tiempo. No recuerdo si quiera cómo la conocí. Yo tendría aproximadamente dieciocho años, ella rondaba los dieciséis. Hablábamos todos los días por mensajería instantánea y mensajes de texto (sms), e incluso llegamos a llamarnos a menudo. Nos pasábamos horas y horas muertas delante del ordenador y pegados al teléfono hablando de nuestra vida cotidiana, conociéndonos.

Por aquella época ella vivía en La Palma, no hacia mucho que se había mudado desde Gran Canaria. Un día me comentó que volvía a la isla para estar un fin de semana y así ver a parte de su familia. No me lo pensé y le dije que si podíamos vernos, ella afirmó encantada. Incluso se vino un día antes que sus padres para estar conmigo. No fui a clase y estuve con ella. Lo pasamos bastante bien... Desde entonces seguimos en contacto hablándonos y contándonos cosas como si nada.

Lo que me trae recuerdos felices son las fotos, collages, mensajes y canciones que ella encontró en su ordenador y teléfono móvil (viejo) hoy. Según me iba enseñando los archivos iba recordando una situación. ¡Qué bien me sentía! Por fín el recordar a una persona me trae alegría.

Así es como deberían acabar las relaciones de pareja. Por muchos tiempo que se pase juntos no debemos olvidar que nuestro novio/a es, en muchas ocasiones, nuestro mejor amigo/a. Al menos en mi caso. Y más si has compartido momentos tan especiales como primeras veces en casi todo. ¿Por qué no podemos quedar como amigos? Quizás es que no sabemos usar las palabras adecuadas para ello.

Ya lo recordaba yo en la primera entrada del blog con el artículo de Alex Rei (aquí): "
Por eso cuando nos dejen con la famosa frase, es mejor responder: “no, no me quieres y ya está. Y lo de amigos se verá”. Porque al fin y al cabo dos no pueden ser amigos si uno no quiere, y al abandonado siempre le queda la opción de negar la amistad, que quizá sea mejor premio de consolación que el ser preferido como amigo. Aunque puede que al otro directamente le dé igual o hasta lo prefiera." Pero a veces sí que se puede mantener esa amistad. Si queremos quedar como amigos, primero inténtalo. ¿Qué es peor? ¿Intentarlo y quizás conseguirlo o no intentarlo y no saberlo nunca?

Yo, personalmente, prefiero intentarlo.

¡Casi se me olvida! Hoy otro sueño extraño. Como todos los que suelo tener, no lo recuerdo bien pero otra vez aparecía la imagen de mi última pareja. Esto ya me está superando... Espero no soñar más con ella, no me merezco ese tormento. Tener a una persona a la que amas en sueños es una desdicha porque cuando despiertas y vuelves a la realidad no sabes cómo reaccionar.

Mañana tengo que ir al médico de rehabilitación a las 8:30. Vaya citas que dan en las clínicas privadas, jajaja. A ver qué me dice...

P.D.- En junio tengo planeado un viaje a México con algunos amigos. Por como se están desarrollando los acontecimientos, es muy posible que dentro de poco tenga mi pasaje en la mano.Ya iré contando detalles más adelante.

sábado, 20 de marzo de 2010

Niños adultos

Estoy sorprendido. No pensaba que mi caso se pudiera dar cambiando el género de los protagonistas. Ahora resulta que hay "hombres" que son como las "mujeres" que yo aborrezco. ¡Y yo que pensaba que sólo eran las mujeres!
Nunca te acostarás sin saber/descubrir algo nuevo
El caso por el que lo digo no es muy lejano. Una chica que conocí hace poco (un par de meses) me ha contado su relación. Su novio no la trata precisamente bien...

Ella tiene dieciséis años. No sé qué edad tiene él exactamente pero sé que sobrepasa los dieciocho. Llevan juntos un año y varios meses, no sabría decir cuántos. Ella ha descubierto con él los primeros sentimientos que tiene una persona con la primera pareja: la necesidad de su presencia, el tacto mutuo, los besos, los arrumacos, el sexo, etc.; y ahora que él la deja de lado se deprime y se encierra en una espiral decadente de amargura y soledad autoinfligida. Es lo que comúnmente se conoce como separarse del mundo.

No quiere salir a la calle, no sabe vivir sin él, está agotada de perseguirle para que éste le dé la atención que ella requiere. Pero el pasa olímpicamente de ella...

No es de recibo que se juegue con las personas así. Si no quieres seguir manteniendo una relación con alguien no tienes más que decirlo. Por mucho que duela una ruptura, siempre es mejor organizar un encuentro y poner las cartas sobre la mesa a estar días o semanas dejándolo ir hasta que se evapore.

Sé de buena tinta lo que duele que alguien haga eso contigo. Incluso animé a mi expareja a iniciar una relación con esa persona que decía querer más que a mí. Me importa su felicidad, aunque sea con otra persona.

Me he desviado del tema que quería tratar hoy. Hoy quería hablar de lo niños que son la juventud de hoy día (Sí, me considero bastante maduro para mi edad). Esa mentalidad tan infantil no puede ser la que reine en la gente. ¿Por qué no se hacen las cosas cómo adultos? ¿Por qué se esfuerzan en parecer personas maduras si luego cometen actos del calibre de un niño de doce o trece años?

Es una pena que asociemos la madurez a la edad que pone el DNI. Conozco mujeres y hombres de dieciséis años y niñas/os de veintitantos. No por tener carné de conducir, beber alcohol y/o fumar ya eres un adulto. Cuando se afrontan los problemas y responsabilidades que la vida te va planteando es cuando se demuestra que nivel de madurez tienes. ¿Cómo tratas a la gente? ¿Cómo te comportas en público? Todo influye. No eres más mayor por hacer cosas que hace la gente de más edad. La madurez mental está por encima de la física.

P.D.- Me suena la historia de esta chica... Será que la habré vivido, quizás.

viernes, 19 de marzo de 2010

¿Amor?

Lo de ayer fue una falsa alarma. Basta que llegue a la cama para pasarme más de media hora en vela. Esto no puede ser, al final acabaré empastillándome. Está claro que mi problema de sueño va ligado a mi mente. Es puramente psicológico. Hasta que no vuelva a dormir bien, no estaré bien de la cabeza. Y diciendo esto, ¿Cuándo he estado yo bien del riego? Creo que nunca...

Hoy estaba de camino al gimnasio en la moto cuando, en un semáforo, visualicé un anuncio de una película española ("Tensión sexual no resuelta"). No le hubiera dado importancia de no ser por el eslogan con el que la promocionan.

El amor es un arma de destrucción masiva
¿Amor? No, por favor. Estoy harto de que llamen amor a cualquier cosa. ¿Tan infravalorada está ya esa palabra? Por desgracia parece ser que sí.

Sé que el amor es una palabra muy subjetiva pero, aun así, estará regida por unos mínimos ¿no? Amor no es que tu pareja te vaya a buscar todos los días con el coche para salir por ahí y si cuadra echar un polvo. Amor no es salir al cine, a cenar comida rápida, de marcha y luego si cuadra ir a casa de uno u otro (o en el coche, en cualquier descampado) y echar un polvo. Este tipo de cosas no es amor.

Amor es cuando sientes que necesitas ver a ese ser humano para que tu mente y tu cuerpo estén bien. Se sientan cómodos. Cuando la mera presencia de esa persona es suficiente para pasar horas en silencio juntos. Cuando las miradas y los gestos con la cara dicen mucho más que las palabras. Cuando te das un paseo de kilómetros sin darte cuenta porque estabas demasiado atento a lo que tu pareja te contaba. Cuando no pasa un día en que no digas que necesitas de su presencia para sentirte bien y mirar a su cara y expresar tu amor.

El sexo no es amor. Es instinto y placer físico. Una de las cosas que nos distingue de los otros animales es que nosotros necesitamos estar en paz mentalmente para poder vivir. No confundan términos porque al final, acabará extinguiéndose ese sentimiento al que llaman... AMOR.

Se me olvidaba contar que al final pude ir a cambiarme el vendaje de la férula. Ahora está mejor y molesta menos pero el dedo me duele más. Espero que no me lo hayan dejado mal colocado.

P.D.- Chary, no estés así. Todo se va a solucionar, ya verás. Afronta ese problema que tienes y verás como te sientes mejor. Incluso liberada.

jueves, 18 de marzo de 2010

¡Por fín tengo sueño!

Hace meses que no digo esto pero... ¡¡Tengo sueño!! Me ha parecido algo tan inusual que pensé merecía la pena postearlo.

Puede estar motivado por muchos factores. (bostezo) Anoche me dormí entre las cuatro y media y las cinco de la madrugada. Eso no es nada raro. Lo raro es que me despertara a las once de la mañana. Mi cuerpo hizo caso omiso al relé que cada día me despierta tan temprano. ¡Por fín he podido dormir más de cuatro horas! (bostezo)

Las incesantes llamadas de mi "jefe" me provocaron una fuerte jaqueca que no ha parado durante todo el día. Y ha sido un día bastante duro.

Empecemos por decir que no fui a renovarme el vendaje (iré mañana a primera hora). A las once de la mañana no me daba tiempo de ir a la clínica y luego al gimnasio, así que me duché, me tomé mi batido de proteínas, me vestí y me fui al gimnasio.

Hasta la una y poco de la tarde me pasé fuera de casa. Al volver me esperaba un buen potaje de garbanzos, por lo que no tenía mucha prisa en llegar (aunque estaba delicioso). (bostezo) Tuve que recoger el portatil, mis apuntes de clase, mis cosas del trabajo y meterme en la ducha corriendo para luego salir apuradísimo al instituto.

Hoy empecé el módulo de integración. Vuelvo a las seis horas diarias de clase. No pasaba seis horas metido en un áula desde la secundaria, jajajaja. (bostezo) También es verdad que tenía una reunión de trabajo sobre las cuatro así que tuve que irme y luego volver.

La reunión duró algo más de dos horas y fue bastante dura. Demasiadas cosas para hacer en tan poco tiempo... Aunque por muy quemado que esté, necesito el empleo.

Mañana me toca otro día de interminables llamadas de trabajo, gimnasio, módulo de integración y horas frente al ordenador. Espero que se pase tan rápido como hoy, así me gusta más.

¿Cuántos bostezos han contabilizado? Yo ni siquiera me pararé a contarlos. Voy a aprovechar a meterme en la cama. Espero que lo comprendan. ¡Deséenme suerte!

P.D.- No hay día que no se me venga algo a la mente sobre ella. Hoy, en la guagua de subida a mi casa, una chica se montó y se sentó a mi lado. Lo malo es que llevaba un perfume demasiado familiar para mí... Qué difícil es cuando un aroma te recuerda a alguien...

miércoles, 17 de marzo de 2010

Echo de menos...

Hacía días que no podía sentarme con tranquilidad delante del portatil. Entre los anteriormente mencionados exámenes finales y el trabajo he estado que no paro. Tengo una carga psicológica bastante grande la verdad.

Por fín puedo puedo escribir lo que he pensado durante estos días ya que debido a tener que pasar noches en vela estudiando mi vida ha tenido algunos cambios. No sé si es conveniente publicarlos en internet, a la vista de tod@s, pero ya lo decidiré cuando llegue a cada párrafo.

Los exámenes han ido como la seda. He aprobado con un notable alto el módulo. Ahora toca ir al módulo de "integración" y luego a las FCT (Formación en Centros de Trabajo). Si mal no recuerdo tengo plaza en una empresa de audiovisuales... espero que todo se desarrolle bien de aquí en adelante...

Cambiando de tercio diré que tuve cita con la doctora esta mañana. Me toca llevar la férula dos semanas más. Otros catorce días de vivir con un yeso en el brazo izquierdo sin posibilidad de coger bien ni siquiera un lápiz o una taza. Qué mal. Al menos hay una nota positiva en todo este tema, y es que, obviando que voy a percibir un dinero por el accidente, mañana me cambian el vendaje. Parecerá una bobería pero para mí es importante, al menos intentaré que me recorten un poco la férula para que no me cubra tanto brazo. No entiendo por qué la tengo tan extendida sobre el brazo si mi fractura es de escafoides. Pero bueno, ellos son los médicos. Ellos dictan.

¿El trabajo? Bien. La verdad que no me falta y eso lo agradezco. Es una forma de concentrarme en algo y no pensar en lo demás. Así supongo que superaré lo que me aflige...

He estado pensando y echo de menos muchas cosas. Todas de cuando tenía pareja...

Echo de menos el despertarme y pensar que otra persona se despierta pensando en mí. Echo de menos cuando sonaba el teléfono y en la pantalla salía aquel sobrenombre cariñoso. Echo de menos los besos, caricias y abrazos que relajaban mi mente y me abstraían de lo que pasara en el mundo. Echo de menos aquellas llamadas nocturnas en las que me podía pasar una hora hablando. Echo de menos cuando me besaba de esa forma tan característica y que tanto me gusta. Echo de menos su forma de acariciarme, por esas zonas que sólo ella conocía. Echo de menos la forma en la que me cogía la mano y me la tocaba diciendo que le gustaba. Echo de menos que me pase su mano por el pelo. Echo de menos que pase las noches conmigo, entrelazándonos y sintiéndola como si formásemos parte de un solo cuerpo. Echo de menos que me riña por saber tanto sobre tantas cosas. Echo de menos el sonido de su voz... de su risa. Echo de menos el tacto de sus labios sobre los mios. Su leve mordisco cariñoso que me demostraba pasión y delicadeza. Echo de menos su manera de hablar. Echo de menos sus lágrimas. Echo de menos su atención. Echo de menos su presencia en mi vida...

Pero no todo es tan sencillo como olvidarla. No puedo abrir mi ropero. Ella tiene aun un espacio guardado con la ropa que dejó en él. No soy capaz de quitarla. De hecho, no soy capaz de abrir el mueble. Tengo la ropa amontonada en el escritorio como si de un baúl de ofertas se tratase. Hasta que no sea capaz de enfrentarme al hecho, no lo habré superado. Ella sabe que debe venir a por sus cosas porque se lo dije en su día. No sé cómo habrán cambiado los acontecimientos para que haya borrado todo contacto conmigo en las redes sociales.

Y aun así es cierto, no quiero tenerla de nuevo conmigo. La parte racional de mi mente hace caso omiso a lo que dicta mi corazón y me obliga a pensar que ella, además de que no volverá nunca, si lo hiciese, yo no le debo dar la oportunidad de volver a estar conmigo. Pero el corazón ha ganado varias batallas... nunca he dicho "De'ste agua no beberé" y nunca lo diré.

Aun así no puedo tener una relación nueva. He intentando varias veces ya estar con otras personas pero no me llenan. No tengo el tiempo necesario para "perder" con otra pareja buscando ese equilibrio en los besos, caricias, abrazos, etc. No puedo estar enseñando a alguien a besar, morder, acariciar, e incluso cuando se va de manos. Prefiero acostumbrarme a la soledad y que pase el tiempo. Disfrutar de la vida como soltero y sin ataduras. Nadie me provoca interés. No me despiertan curiosidad por conocer cómo es. Ese aspecto para mí es esencial y donde no hay, no puedo sacar por arte de magia.

Alguien me dijo una vez: "¿Quién sabe? No conocemos las vueltas que da la vida"; es una verdad absoluta. No sé qué me deparará la cadena de acontecimientos venideros pero una cosa es segura. Afrontaré todo lo que me prepare la vida.

Lo peor de todo es que ahora me toca apagar el portatil, meterme en la cama e intentar conciliar el sueño que, por si no lo recuerdan, me esquiva desde hace varios meses.

Y es que esto son Reflexiones de Madrugada. Gracias, insomnio.

lunes, 8 de marzo de 2010

Días duros

Hacía ya varios días que no me venían las ganas de escribir. Bien porque llegaba a mi casa tarde, o porque (la mayoría de las veces) mis reflexiones me asaltaban ya en la cama. Me está pasando demasiado a menudo que justo en el momento en el que comienzo a deshacer la cama me vienen dichos pensamientos. Ideas sobre post para escribir en ese instante de lucidez (o locura) mental. Pensamientos sobre la fisolofía en la actualidad, las relaciones sociales de hoy día, e incluso sobre el simple ritual de cada noche antes de disponerse a dormir. Seguramente otros post abarcarán estos temas pero hoy por hoy mi mayor preocupación son estos dos días venideros. Me esperan un miércoles y jueves alucinantes.

Este miércoles toca examen práctico de "Amplificadores" y "Sistemas de megafonía y comunicación". Bien porque tengo que hacer y explicar un amplificador en una hora, o también porque debo montar un sistema de megafonía con su correspondiente radio FM, intercomunicadores y canal de preferencia. Todo ello en sólo dos horas. No será fácil, pero me gusta ponerme a prueba en las cosas que me gustan y se me dan bien.

Lo malo llegará el jueves cuando tenga que contestar las preguntas referentes a siete temáticas distintas. No las enumero una a una porque sería cargante, pero son difíciles. Doy mi palabra.

A todo esto se suma que mañana viene mi jefe para concretar ciertos asuntos y cerrar varios temas con reuniones y más reuniones. Y mis exámenes a las siete de la tarde. A ver cómo puedo organizarme estos dos días de delirante trajineo.

Sólo sé que esta noche la pasaré en la biblioteca estudiando... y quién sabe, a lo mejor apruebo y todo.

P.D.- De la mano voy bien. Dentro de una semana tengo cita de nuevo. A esperar...

jueves, 4 de marzo de 2010

Mi primera fractura

Hay que ver... Nunca he tenido un hueso roto, y ahora a mis veinte años, me ponen el primer yeso (férula de escayola) de mi vida. Tengo muchísimas cicatrices: raspones, quemadas, cortes, etc. y nunca me había fracturado nada. Mis contusiones suelen ser fuertes. Cuando no caigo con la MTB*, caigo jugando al fútbol (o fútsal), baloncesto o simplemente haciendo senderismo, atletismo...

Todo viene dado a un accidente de moto. Es verdad, no es comparable. Pero es que la situación del accidente da pie a la comparación. He tenido accidentes muchísimos peores con la MTB* que se han saldado con algunos raspones y alguna que otra coneja.

No fue nada del otro mundo. Simplemente estábamos "Jey" y yo esperando a que un semáforo se pusiera verde. Una scooter, de licencia municipal, iba sorteando los coches más rápido de lo que debía. Por lo visto al chico de diecipocos años no le dio tiempo a frenar, no nos vio, o simplemente se iba a saltar el semáforo. La verdad que no lo sé. El caso es que nos dio por la izquierda, tirándonos hacia la derecha y provocándome la fractura del escafoides.

La verdad que fue un día de perros. He andado líado por culpa del papeleo (perito, aseguradoras, etc.). No me pensé que pudiera pasarme más de cinco horas para ser atendido en Urgencias. Desde las 14:00 que llegamos al hospital (no diré cuál), hasta las 19:00 que nos atendieron. Y claro está, hasta las 21:00 que salimos de allí con las pertinentes radiografías y demás exámenes médicos.

Ahora tengo cita para dentro de dos semanas, a ver cómo evoluciona la fractura. La verdad que duele bastante. Y lo peor de todo es que no me permite trabajar al cien por cien.

No sean unos locos en la carretera, lo mio es de risa pero se ve cada cosa por ahí...

lunes, 1 de marzo de 2010

El subconsciente humano, que agonía

Hoy tuve un sueño. Un sueño rarísimo a la par que preocupante. No sé si podría catalogarse de pesadilla porque no me levanté sudando y asustado, con el corazón palpitando rápidamente y la respiración alterada. Me desperté como cualquier otro día. Es verdad que no recuerdo el final del sueño. Ese final que ya puede ser una caída, susto, accidente, que nos despierta con un sobresalto. Fue un despertar tranquilo y sosegado, únicamente alterado por el sonido de mi móvil con el nombre de mi jefe en pantalla.

Incluso le he podido sacar un significado. Es sabido por todos que los sueños que nos provoca el subconsciente tienen un significado aplicable a la vida real. Eventos pasados, presentes y hasta futuros. ¿Quién no ha tenido un dejávù? Pero bueno, el significado lo dejaremos para después del relato. No me acuerdo de mucho, pero lo que recuerdo es impactante.

Seguro que tienen ganas de saber cómo fue ese sueño tran extraño. Lo pondré por "flashes"
a modo de episodios, ya que sólo recuerdo cosas sueltas pero correlativas.

Flash 1:
Todo comenzaba con mi presencia en un cuarto de paredes blancas y con una cama. Cualquier dormitorio vale como ejemplo. Aunque éste me resultaba familiar... Yo lloraba desconsolado, y yo sabía por qué lloraba. Ella había muerto. Mi exnovia, la persona a la que tanto he amado y que quien tanto amor profeso, había fallecido. No sé cómo ni por qué, pero el hecho de su muerte recuerdo que me inundaba de una amargura que no puedo describir.

Una persona se me acerca por detrás. Me pone su mano en mi hombro y dice unas palabras de consuelo. Eso no me ayuda, yo quiero verla...
Flash 2:
Al rato de estar en dicha habitación llorando su muerte, recuerdo que aparece ella en escena. Me dice unas palabras y se acerca a mí con la risa en la boca. Jactándose de la situación coge el collar que llevo puesto* y entra en la habitación contigua. Debió ser un aseo pequeño porque intenté impedírselo pero consiguió tirarlo por el lavamanos. No le di mayor importancia ua que sabía que se quedaría en la "trampa". Cuando me agaché y desmonté la tubería, el collar no estaba. Había desaparecido.
Flash 3:
La siguiente escena se desarrolla en una especie de castillo medieval reconvertido en colegio. La veo acostada en una especie de sillón en una de las áreas comunes de dicho centro escolar con otro chico. No recuerdo la cara de él, pero sí recuerdo la postura de complicidad y cariño que tenían ambos. Sus piernas entrelazadas y sus manos acariciándose...

Alguien dijo que debíamos ir al aula 90. Supongo que sería donde teníamos clase. Busqué y busqué dicho número sin cesar pero no lo encontré. Vi las áulas "00", "99", "66", "50" y "98". Por el camino vi a una especie de trobador. Un músico callejero que pedía unas monedas en lo que podía ser el patio del castillo. Alguien lo vio y le echó muchas monedas de céntimos de €uro. Seguía mi camino incesante por el castillo. Número y más números veía en los carteles de madera que las puertas llevaban encima. No llegué a encontrar la clase...

¿Qué significado puede tener este sueño?

El único (y principal) significado que se me ocurre es el siguiente:

El sueño representa varias partes de mi vida con dicha mujer. Primero tenemos el caso de su muerte. Ello podía simbolizar las veces que me ha dejado, o incluso, la primera vez que me dejó. Lloré demasiado pero al cabo de un año y poco apareció como si nada. Y volvimos a tener una buena amistad que nos llevó al estar juntos de nuevo.

Más tarde me volvióa dejar. Y ésta vez se llevo algo personal mío. Me volvió a enamorar profundamente y eso podía ser el collar. Podría simbolizar mi eterno amor por ella, tirado por una tubería cualquiera. Desperdiciado quizás.

Y por último la veo con otro chico en actitud claramente cariñosa. Su actual relación. Yo la veo, y aunque me duele, voy a clase. O lo que es lo mismo, sigo con mi vida. Aunque claro, siempre buscando el "áula 99", que es donde está ella. El "áula 99" podría ser su vida. En la que está claro que no podré volver a entrar.